domingo, 28 de junio de 2009

[ El sueño de una tarde de verano.]

Parafraseando el título de Shakespeare.


Sus labios eran de LSD y sus ojos de oxidiana.

Sus ojos eran de locura o de desesperación de mí, de antesala de mí.

Su figura era un cuerpo incandescente parecido al que Borges describe en el Aleph.

Su voz era mi falta, mi desvelo.

Su cabello era un concierto de caireles: desencuentro de fantasmas, encuentro de desahuciados.

Su piel, su cuerpo suave, su tez, las margaritas.

La amé (¿me amó?; creo que no tiene importancia).

La amé en una tarde de verano y después se entrego a su silencio

(de espasmo, de desolación, de miedo, de impresión de infinito) empapada en sangre, en sudor, embarrada de llanto...


Salí caminando. Sólo fue un desvelo.

En una tarde de verano jamás la encontré.



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* Comprendo a la perfección el concepto de la página. Una disculpa si no alcanzo a llenar las expectativas.

** Nota: Descubrí que al publicar el poema, por el formato del bluff, algunas de las líneas se cortan. Hago las aclaraciones pertinentes: la 3a y la 4a línea son realmente 1, la 3a.

La sexta línea debe leerse así: "Su cabello era un concierto de caireles: desencuentro de fantasmas, encuentro de desahuciados."

Las líneas 11 y 12 son realmente una sola.

Eso es todo.

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