domingo, 24 de mayo de 2009

Introito...


Se supone que mi labor tendría que ser la de servir de contrapunto a la poesía de Xitlally. O al menos esperaría que en algún momento pueda lograrlo (hace mucho que no me paseo por este tema y sinceramente ésto es como el inglés: cuando no lo usas se oxida).

Por lo pronto les extiendo la siguiente duda (me auto-cito):

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¿Es el orgasmo igual en la mujer que en el hombre? Salvador Elizondo en su serie de aforismos encadenados titulado Ostraka, incluido en su libro Cuaderno de escritura dice:

"Orgasmo es cuando el hombre se vacía y la mujer se llena. La mujer siente que la están llenando. El hombre no siente que se está vaciando. Siente que está llenando".

Si los poetas** han denominado el orgasmo como "la petite mort" (poetas de género masculino), porque se vacían; ¿cómo es entonces el orgasmo de una mujer si ésta se llena?

Es decir, si para el hombre es una experiencia cercana a la muerte, palabra por palabra, "la pequeña muerte" (el desalojo de su alma y de su razón), en la mujer el orgasmo debe equivaler a (o debería de ser) un momento de trance, de revelación, de descubrimiento absoluto del universo (puesto que se llenan). Y no tanto de muerte, como lo describen los poetas-hombres.

En ese momento la mujer debiera ser como una gran copa vacía (receptáculo, diría mi maestro) que de pronto se colma de energía (astral o universal); y tendría por tanto que saber lo que se siente lo eterno.

Si el amor en la mujer se manifiesta de forma distinta que en el hombre; si en el acto sexual el cuerpo de la mujer se enciende entero, mientras que en el del hombre sólo lo hacen su sexo y su cabeza; ¿porqué el orgasmo no podría ser distinto entre uno y otro?, ¿porqué en ambos casos se describe semejante a la muerte?
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Así llegué a la duda el día de hoy: ¿qué significa un orgasmo femenino?, ¿cómo se siente?, ¿es igual o distinto a la pérdida de la conciencia del hombre?

Espero encontrar algún día la respuesta.


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** Al menos Georges Bataille y creo que Apollinaire (pero de éste no estoy seguro).

martes, 12 de mayo de 2009

Encuestas y otras novedades

Pues bien, según la última encuesta parece que a todos nos da igual el color de la lencería con que sea lencería. Nada mal, creo yo. Así las mujeres podemos estar tranquilas de que, escojamos el color que escojamos, nuestro hombre será feliz.
Acabo de ver la película de Dr. Kinsey y me ha gustado mucho. Creo que lo que descubrió Kinsey, aquello que lo hizo crear una enorme polémica y emprender un estudio de grandes magnitudes, también puede estar relacionado con la tasa de divorcios. Y es que muy pocos parecen comprender la importancia de la sexualidad. No que lo sea todo no, pero qué bien nos hace. Es triste encontrar a mujeres que no se animan a descubrir su propia sensualidad y más triste aún saber que muy, muy pocas mujeres conocemos el orgasmo. ¿Cómo es que no conocen algo tan maravilloso? Y también está la otra parte, claro, porque también son pocos los hombres que saben despertar esa sensualidad en la mujer. El curso matrimonial que daba Kinsey debería ser tomado como algo vital, creo yo.
Según Wikipedia, Kinsey y su personal realizaron 18.000 entrevistas y publicaron "El comportamiento sexual en el hombre" en 1948 y "Comportamiento sexual en la mujer" en 1953.
Lo que encontró explica muy bien nuestra frase de que "es más común de lo que te imaginas". Veamos:
Sobre la base de más sus entrevistas, Kinsey llegó a una serie de conclusiones:
  1. El 37% de los hombres entrevistados experimentaron alguna vez un orgasmo homosexual a partir de la adolescencia.
  2. El 13% de los varones sintieron deseos homosexuales, sin que se produjera por ello contacto físico alguno.
  3. El 25% de ellos tuvieron experiencias homosexuales no incidentales entre las edades de 16 a 55 años.
  4. El 18% mantuvieron igual número de relaciones heterosexuales que homosexuales durante un período mínimo de 3 años, entre las edades de 16 a 55 años.
  5. El 10% tuvo una conducta estrictamente homosexual durante un período de 3 años como mínimo y entre las edades ya reseñadas.
  6. Sólo un 4% manifestaba una conducta estrictamente homosexual durante toda su vida y ya manifiesta durante la adolescencia.
  7. La homosexualidad existía a todos los niveles sociales y ocupacionales.

Y en cuanto a las mujeres se refiere:

  1. Un 13% de mujeres habían experimentado algún orgasmo homosexual a partir de la adolescencia.
  2. Sólo un 3% de las mujeres habían sido predominantemente homosexuales durante un período de 3 años como mínimo.
  3. Las mujeres, en contraste con los hombres, no solían ser promiscuas y tenían sus relaciones homosexuales sólo con 1 ó 2 compañeras en el 71% de los casos.

Estos resultados, llevaron a Kinsey a confeccionar la Escala de Kinsey sobre la heterosexualidad-homosexualidad, donde el grado 0 manifestaba una heterosexualidad completa sin ambajes y el 6 una homosexualidad exclusiva y dominante. Aun así, su estudio demuestra que la mayoría de las personas se encontraban dentro del número 1 o 2 en su escala. Las conclusiones que se extraen de la obra de Kinsey difieren radicalmente la apreciación de la homosexualidad como fenónemo minoritario: la mitad de los varones de la muestra estudiada habían tenido al menos una experiencia homosexual (a nivel físico o de fantasía), aunque era muy frecuente que hubieran tenido más de una, o incluso una vida homosexual exclusiva (4%).

¿Qué tal, eh? Pues he aquí la encuesta para estos días.