lunes, 29 de junio de 2009

domingo, 28 de junio de 2009

[ El sueño de una tarde de verano.]

Parafraseando el título de Shakespeare.


Sus labios eran de LSD y sus ojos de oxidiana.

Sus ojos eran de locura o de desesperación de mí, de antesala de mí.

Su figura era un cuerpo incandescente parecido al que Borges describe en el Aleph.

Su voz era mi falta, mi desvelo.

Su cabello era un concierto de caireles: desencuentro de fantasmas, encuentro de desahuciados.

Su piel, su cuerpo suave, su tez, las margaritas.

La amé (¿me amó?; creo que no tiene importancia).

La amé en una tarde de verano y después se entrego a su silencio

(de espasmo, de desolación, de miedo, de impresión de infinito) empapada en sangre, en sudor, embarrada de llanto...


Salí caminando. Sólo fue un desvelo.

En una tarde de verano jamás la encontré.



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* Comprendo a la perfección el concepto de la página. Una disculpa si no alcanzo a llenar las expectativas.

** Nota: Descubrí que al publicar el poema, por el formato del bluff, algunas de las líneas se cortan. Hago las aclaraciones pertinentes: la 3a y la 4a línea son realmente 1, la 3a.

La sexta línea debe leerse así: "Su cabello era un concierto de caireles: desencuentro de fantasmas, encuentro de desahuciados."

Las líneas 11 y 12 son realmente una sola.

Eso es todo.

miércoles, 17 de junio de 2009

Santería

Y en la noche el caballo galopa.
Baila, Shangó
Tiembla la tierra ante la virilidad del casco.
Vibra, Shangó
Ella salta por la ventana tratando de acariciar el fino pelaje de la bestia.
Arde Shangó

Está poseída, está muerta: es el cuerpo.
Truena, Shangó
La sangre de la gallina alimenta el deseo.
Destruye, Shangó
Se retuerce, embiste a la nada, se traga el grito
Es hora, Shangó
Todo en calma, la ruda en el suelo, el aroma dosificado en la tierra.
El rey ha muerto.


*Disculpen la tardanza, estaba perdida en mi nombre, pero he vuelto.

sábado, 6 de junio de 2009

autoestimulación erótica

Se murió Cuan Chan Kein, aka Bill (el de la venganza).

Que dicen en Bangkok que la causa de muerte fue asfixia por autoestimulación erótica.

Cada vez veo con más frecuencia casos de muertes por esta causa, al menos sugerida. Lo cual me indica 3 cosas:

1. Cada vez hay más personas realizando esta práctica.

2. Lo cual sugiere que se siente tan bueno como para que valga la pena arriesgar la vida por el placer de cortarle el oxígeno al cerebro durante la estimulación.

3. Ha de ser culero que te encuentren muerto en pelota, con el cuello amarrado a las bolas con una cuerda, como puerquito.

Y siendo la autoestimulación erótica tan arriesgada, será más común de lo que te imaginas? o no? valdría hacer una encuesta.

Salud de fraile y complemento aterciopelado!

lunes, 1 de junio de 2009

Caminando sobre Paz