lunes, 26 de enero de 2009

La muchacha

La muchacha

…este instante durísimo en que una muchacha grita
Efraín Huerta

Había clientes raros, con manías y fantasías particulares, pero nadie como él. Y quién sabe, quizá empezaba a enamorarse un poco.
Esa noche, envuelto en su eterna gabardina, le prohibió mirar. Y qué importaba el frío metálico del inicio: ella sabía que él iba a complacerla.
Esa noche había decidido no cobrarle.
El frío se hizo un roce tibio, agudo, al calor de la entrada a su sexo; mientras los pezones se destrozaban bajo las tenazas de sus manos.
Un gritito apresado.
Luego otro.
Y la penetraba un poco más, cada vez un poco más, hasta el delirio.
Hacía calor.
Ella no podía explicarse su cuerpo empapado de sudor cuando sólo se estaba abriendo. Y su martirizada orquídea se deshacía en un mar inmenso.
Un grito ahogado.
“¿Así, cabroncita?”
Pero no había aliento para responder. El dolor la agotaba, insaciable, en el desgarre del placer.
Ella volvió a gritar y, a modo de respuesta, un golpe en su mejilla terminó de aturdirla. Ya no escuchaba otra cosa que sus propios gemidos y la respiración animal del hombre. Ya no existía en su cuerpo más que la delicia de un dolor que se escondía en su vientre.
Hasta hacerse incontenible.
La respiración comenzó a entrecortarse. Todos sus músculos se tensaron y la fricción producida se hizo insoportable. Sentía algo duro e inmenso dentro de ella. Él empezó a excitarse seriamente y unos bramidos acompañaron los gritos de la mujer.
Venía el orgasmo.
Ambos podían sentirlo.
Venía el orgasmo.
Un par de lágrimas detenidas en los ojos de la chica.
Una descarga simultánea.
Él miró a la joven.
Y después, en silencio, a su estilo, se marchó.
Iba a tener que limpiar la sangre de la escopeta.

3 comentarios:

Sergio HF dijo...

Órale, está bueno, muy bien contruído.
Sólo la línea "Una descarga simultánea." no me convence.

Deberías mandarlo a un certamende cuento corto.

Xitlally Romero dijo...

¿Tan así? Órale. Ese comentario tuyo me hace abrir mucho los ojos.

Anónimo dijo...

Me gusta que abunda en sensaciones táctiles y sonoras, son de las cosas que me gustan ya que te van contrastando la escena conforme avanza, más que la narración de eventos eso me ayuda a imaginar como corre el tiempo y no permanece estático.

"El frío se hizo un roce tibio..."

"...su cuerpo empapado de sudor cuando..."

Los gritos, gemidos, la respiración, etc. Me gustan los relatos que no escatiman en describir una misma sensación que poco a poco se transforma.

Coincido con Fco. Franco en que tampoco me gustó lo de "una descarga simultánea"

Mi frase favorita: "Ya no existía en su cuerpo más que la delicia de un dolor que se escondía en su vientre" Esa me resultó muy excitante, y además colocada en el momento preciso.